martes, 21 de septiembre de 2010

Veintidós.

Ahora sí que sí.
Otro veintidós de septiembre más. Ha volado, el tiempo ha volado. Y todo ha cambiado muchísimo.
Me cuesta mucho escribir esto. Me cuesta mucho escribirte, sabiendo que es la única gilipollez que puedo hacer. Sabiendo que ya no puedo hacer nada por ti.
Y llevo una hora aquí, como una subnormal, frente a un teclado que no va a solucionar nada...
Te quiero, te sigo queriendo, te quisé y te querré. Y por eso sigues aquí. Es que sigue siendo todo tan jodidamente horrible. Tan extraño. Ya son dos años. Mucho y poco a la vez. ¿Sabes? Me acuerdo de ese día a la perfección... de todos y cada uno de los detalles. En cierto modo, supongo que ahora tendría que recordar lo bueno. Siempre he dicho eso a la gente que pasaba por situaciones similares. Ahora me daría una hostia.
Sí, está claro que hay que recordar los buenos momentos. Los recuerdo, creeme. Pero siempre va a estar eso ahí, guardado. Y que todos tenemos derecho a estar tristes... ¿Ves? Aquí te queríamos mucho. Sé que no soy la única que hoy solo va a poder pensar en ti.
No sabes la de gente que le ha dado ahora por llamarse como tú, deja de mandarlos porque nos acordamos continuamente de ti sin que eso haga falta hahaha :)
Claro que han salido lagrimas... pero también muchas sonrisas, porque tu recuerdo es de los mejores que tengo, si no, ahora no estaría así.
Llevo una hora viendo un maldito video tuyo bailando... De la fiesta sorpresa que hicimos... Cuando me puse de sargento hahahaha. Que gran día...
No he podido volver a entrar a esa casa. No sin ti.
Ahora mismo tengo una mezcla entre pensar que soy gilipollas por estar escribiendo esto y en sentirme bien conmigo misma, es raro, no sé.
He sonreído mucho por ti. Cuando estabas y desde que te fuiste.

Pero joder, es que es injusto, ¿Por qué? ¿Por qué tú? ¿Por qué ese día y por qué así?
Nunca, nunca te olvidaré. Espero que lo sepas. Que todo esto, me supera, me supera y me revienta porque tú eras quien menos lo merecías... Y de esa forma... Dios mío es que aún no me entra en la cabeza... No sabes la de veces que he pensado que todo era mentira, que no podía ser, que yo que sé, que era una broma, una pesadilla, yo que sé... No, es que no podía estar pasando... Pero sí.
Y ya son dos años.
Dos veintidós de Septiembre.
Pero pase lo que pase, seguiré recordandote, seguirás aquí. Seguirás teniendo un hueco en mí, en nosotros. Y sonreiremos por ti, por como lo hacías tú y por cómo nos lo hacías hacer a nosotros. Porque eso sí te lo mereces.

Porque te quiero, Adrián.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Abierto por vacaciones.

Pero con poco que decir.
Todo se acaba convirtiendo en rutina.
Vuelve a hacerlo especial.