Estoy viviendo mi primer viaje en metro después del incidente con aquellos nazis, la verdad, según como voy vestida, no imaginarán mis compañeros de viaje que ayer casi sufro una agresión bastante fuerte por ser antifascista... Pocos verán en esa chica que hoy, a diferencia del resto de los días en los que suele dejarse caer en el suelo del vagón, estaba sentada como uno más, en uno de los incómodos asientos del metro, ayer pasaba la tarde gritando lemas antifascistas apoyada por toda una manifestación mientras vestía una camiseta de "soziedad alkoholika". Justo después de criticar la actitud, como ella decía, cobarde de sus compañeros al esconder sus ideologías tras una camiseta "neutra" era vícitma de los contrarios a esas ideologías que marcaban sus chapas y demás insignias. Ahora que recuerdo esto, me siento hipócrita, por llevar una falda de distintos tonos marrones que esconde casi al completo mis piernas, dejando ver unas sandalias delmismo color haciendo juego también con la camiseta y el bolso. No estoy siendo más que lo que ayer criticaba, supongo que después de vivir ese "pequeño aviso" es normal que esté algo asustada pero no dejo de ser lo que odio, me siento iútil e impotente... Hoy no me miran con el miedo o incluso asco que suelen mirarme, hoy nadie se echa hacia atrás al verme, hoy soy lo que quieren que sea y la que no puede evitar mirarme con asco soy yo misma. El araañzo que tengo en la cara es lo único que ahora mismo dice quién soy en realidad, eso y los lemas antifascistas en euskera que suenan en mis cascos.
Cuarto viaje del día:
Realmente es el segundo, porque es el segundo que hago sola, y el que creía que iba a ser el peor... Volveré a hacer exactamente el mismo recorrido que hacía ayer a estas horas, con una diferencia, hoy soy una más y me da rabia haber cedido... Pero no está siendo lo preocupante que esperaba, no tengo miedo, no siento como mi corazón se acelera al llegar al lugar de los hechos, si no que mi mente y mi cuerpo están tremendamente asustados. Hoy tengo miedo... Miedo a no haber actuado bien, porque da igual que todas las precauciones se hayan llevado a rajatabla, basta con haber visto eso... Y no debería preocuparme por una tan remota posibilidad porque me da por pensar que ni siquiera existe, pero... ¿y si sí? ¿y si existe? Aunque haya una entre un millón, existe la posibilidad y siento pavor porque no quiero cauar problemas a nadie... Y los causaría, y no cualquier problema, no puedo evitar sentirme así...
Vuelta al mismo lugar:
Acabo de superarlo, la misma entrada al metro que hace 24 horas y nada, ni mi cuerpo ni mi mente se han desviado de su nueva preocupación, siempre me ha gustado comerme mucho la cabeza, pero esto es serio... Dicen que un clavo saca otro clavo, con el primero ha funcionado, aunque he de decir que este segundo clavo es mucho más fuerte... A ver si con suerte viene un tercero a ayudarme.
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