lunes, 15 de marzo de 2010

Sí.

Aquí estoy. Y eso que hoy no es día para escribir. Pero me duele la cabeza, y, contradicciones de mi vida, eso me hace querer escribir.

Si me dijesen que tengo que perder un sentido, no se cuál eligiría. El tacto lo adoro, como pocas cosas. La vista y el oído son demasiado esenciales, y más sinestésicamente hablando. El gusto... bueno, tiene sus más y sus menos, pero hay sabores que no cambiaría por nada. ¿Y el olfato?

Los olores. Nadie se plantea lo importantes que son. Ni hasta que punto un olor es sabor. E imagino que a no ser que perdiesemos el olfato no le daríamos el valor que tiene.

Pero bah, como ya he dicho, hoy no es día de escribir, hoy es día de dolor en general, de cansancio, de soñar con el fin de semana.

Y el olor a cerveza, (y no, no bebo) anacardos, y palestino/a blanco/a y negro/a.

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