domingo, 19 de julio de 2009

Musicalmente hablando.

Ya había seleccionado cuidadosamente el momento que iba a narrar y comenzaba a hacerlo cuando una vocecilla gritaba mi nombre con mas "enes" de lo normal.
- Oui - respondí a la voz.
- Viens s'il te plaît - me dijo.
- D'accord.
Bajé veloz las escaleras y abrí la puerta que daba a la cocina. Ahí estaban, más desconocidos que añadir a la reunión que tenía lugar en la cocina. Esta vez era una pareja, marido y mujer, se les notaba algo distanciados, pero ese es otro asunto.
- Bonjour Anna! Ooooh tu es très belle!
- Bonjour, merci!
Aún no me acostumbré a que me saludasen con tres besos, otras con dos, y otras diciendo "C'est La Normandie, quatre!" y continuar con cuatro besos.
Eran muy agradables y la conversación se baso en un hilo continuo de bromas y risas.
Estabamos tomando el té caliente que cuidadosamente habíamos preparado hacia escasos minutos cuando me dió por mirar aquel reloj que colgaba de la pared.
A la vache! - me dije a mi misma - la una y media de la mañana y nosotros tomando el té...
Mi cabeza comenzó a hacer eso que tanto detesto, divagar ella sola, hasta que me dí cuenta de que Bernard no estaba sentado, como hacía pocos segundos, y en su lugar había una silla vacia.
Volvió, pero no volvió solo, una guitarra le hacía compañía, se sentó y mientras el té y el limón aromatizaban el ambiente comenzó a hacer sonar las cuerdas de la vieja guitarra.
Las lenguas inquietas que se encontraban en aquella cocina, cesaron su movimiento y todos nos paramos a escuchar. Una melodía tranquila que transladaba mi mente a una noche en la playa, el sonido de las olas, la brisa acariciando mi piel...



En ese momento, me di cuenta de lo que alguien me dijo ese día, tengo mucha capacidad para sentir... y adoro tenerla, vivo muchos momentos especiales, pero son mucho más especiales de lo normal porque siento, siento mucho, siento todo, sentir es vivir.
Cuanto más avanzaba la melodía más grande se hacía mi sonrisa y mi piel comenzaba a sentir de forma más fuerte aquello que tanto me gustaba. "Piel de gallina" y pelos de punta. Mis sentimientos intentaban salir de mi y ser compartidos con todos. Entonces comenzamos a animarnos. Ya no solo la guitarra, si no una batería improvisada por uno de los hasta ahora desconocidos para mi, un nuevo instrumento construido a base de dos cucharas y ayudado por una mano y una pierna ponían banda sonora a aquella noche tan especial. Nuestras voces aportaban el último detalle y así pasamos el momento más especial del día, cantando, riendo...
Si puedo sacar alguna conclusión de esto, es que vivir es música, vivir es sentir, vivir es teatro.

Sábado 18 de Julio de 2009. Palabras desde Francia.
Día especial, persona enormemente especial. Hace 16 años, la vida decició darnos un regalo a todos los que hoy podemos disfrutar de su compañía, gracias, por ser, por estar, por darnos tu cariño, tu amistad, compartir tus pensamientos, tus ideas, tus sentimientos, tu arte.

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